miércoles, 29 de diciembre de 2010

Re: Reenv: RE: Poema fin de año

Llega Fin de Año. Y seguro que viene acompañado de los típicos mensajitos de felicitación.
Cada 31 de diciembre se da una situación extraña en que unos se convierten en poetas, otros en humoristas y otros en copiones. El medio habitual para difundir las cadenas de poemas y chistes suele ser el sms. Este año no estamos para tirar 15 céntimos y a lo mejor se acaba la epidemia, o a lo mejor continúa para peor, vía email, BlackBerry o Whatsapp, que es gratis.

Creo que todos sabéis a lo que me refiero.
Cuando hablo de poemas hablo de los mensajes del tipo: "Si en este día hay 2011 estrellas en el firmamento, la más grande serías tú, porque eres mi mejor amigo".
Cuando hablo de chistes hablo de mensajes como: "Este año, Melchor se corta la barba, Gaspar vuelve a la presidencia del Barça y Baltasar es repatriado en patera. A este paso en 2011 no habrá regalos."
Y los copiones, como su propio nombre indica, son todos los que se dedican a copiar estos mensajes. Son muchos los que lo hacen. Algunos simplemente para compartirlo con su gente, pero algunos se intentan convencer de que el poema o el chiste ha salido de su provilegiada mente, y lo envían como propio. La frustración les llega a modo de archivo adjunto en un sms que reciben con ese mismo poema, de parte de otro copión. Pobrecillos, no se han enterado de que en este país hay mucho copión.

No sé vosotros, pero yo prefiero recibir un mensaje de Feliz Año Nuevo, Luisen! que un poema encabezado por un Re: Re: Reenv: RE:. Los chistes me hacen gracia, pero me dejan de hacer gracia desde el momento en que ya los recibo tres veces. Así que, por lo menos a mí, ya sabéis el tipo de sms que me gusta recibir.

Mi felicitación a vosotros, queridos seguidores de mi blog, es este vídeo del habitual remix del DJ Earworm con lo mejor del 2010. Que lo disfrutéis. ¡FELIZ AÑO NUEVO!

jueves, 23 de diciembre de 2010

¡No te cueles!


Aquí  una entrada a petición de un amigo-hermano. El tema viene inspirado por un par de experiencias que tuve el pasado martes 21 de diciembre. Las dos tienen relación con las colas, y de las dos salí muy bien parado. En un mismo día me ahorré fácilmente más de una hora de espera, de desidia, de tiempo perdido, de cara de imbécil.
Las colas son un fenómeno social que a veces resulta difícil de entender.  Has llegado a las 19:58 al cine para ver una película que empieza a las 20:00 y encima tienes que tragarte una cola de diez minutos. Siendo egoístas, pensaríamos que a la mierda. Pero no. Las colas nos las hemos impuesto nosotros mismos, y eso demuestra nuestro componente de respeto, generosidad y civismo.
Pero dejando atrás la filosofía, y aceptando que muchas veces el único camino hacia tu destino es una línea recta de personas, voy a centrarme en la sensación que produce a uno estar en medio de esa línea recta.
Para empezar debemos distinguir entre dos tipos de colas. Las que se hacen para llegar el primero y las que se hacen para llegar.
Entre las primeras, por ejemplo, tenemos la cola para un concierto. Estas colas se hacen con un gusto enorme. Tú eliges el tiempo que vas a pasarte en la cola y muchas veces lo pasas bien, conoces gente. Ningún problema.
Sin embargo, las colas que se hacen para el cine, para ver un museo, para comprar el pan, para renovarte el DNI… son la manera más fácil de tirar el tiempo a la basura.  La actividad de esperar no sirve para nada. Y mucho menos si durante la espera, como es el caso de las colas, no puedes hacer nada de provecho. Inviertes mejor tu tiempo durmiendo durante un día entero que siendo parte de una de estas colas durante diez minutos. Esto lo saben los niños cuando entran en el comedor en el colegio. No son tontos, no están para chorradas. Avalancha y se acabó. También lo sabe cualquier  “espectador” que observe las caras de los que forman parte de la fila india. Su expresión puede ir variando. Estupidez, resignación, amargura… Y no te cuento cuando el listillo de turno se cuela y el iluminao de detrás le recuerda que hay una cola, sabe usted? Entonces empieza a calentarse el ambiente, y puede pasar de todo. Total, porque un tío se ha saltado una norma que no existe.
En fin, tiene mucho mérito que después de todo esto sigamos como borregos, uno detrás del otro, haciendo la cola sin quejarnos. Ole la raza humana.

martes, 21 de diciembre de 2010

Esa terrible musiquilla


Hoy la he vuelto a oir. A las 9 y 22 de la mañana. Pensaba haberla olvidado. Pensaba que en vacaciones no sonaba, no molestaba. Pero sí. Esa terrible musiquilla que oigo cada maldita mañana de día currante, me ha vuelto a despertar un día de plenas vacaciones.

Pero la diferencia es que en un día como hoy, tengo algo más de tiempo que en un día cualquiera, y he decidido escribir un rato sobre el desperanzador. Digo, el despertador.

Para empezar, el consejo de siempre: Nunca te pongas de despertador tu canción preferida. Pasará a ser tu canción maldita en menos de cuatro mañanas. Desde que aprendí esta lección, lo llevo mucho mejor. Hay ciertas canciones que me supone un gran esfuerzo escuchar, pero con muchas de ellas ya me pasaba antes.

Segundo consejo: No te pongas el despertador al lado de la cama. Los dos sabemos por experiencia lo que pasará. A veces lo desconectas hasta durmiendo, sólo con oir la primera vibración, cuando la música todavía casi ni suena. Luego te das cuenta de que te has despertado una hora más tarde y piensas: "Pero si no ha sonado".
Vamos, que te lo pongas bien lejos.

Tercer y último consejo: Si tu despertador es un móvil (espero que lo sea), cámbiate de vez en cuando la melodía (recordando en cada cambio el consejo número 1). Y te explico por qué. A veces cuando tenemos una canción como despertador durante mucho tiempo, esa canción nos recuerda tanto a la cama que nos produce el efecto contrario. Vamos, que nos adormece, tanto por la mañana, como cuando la escuchamos en el ipod, o incluso cuando salimos de fiesta. Si quieres que tu despertador sirva para algo, sigue este consejo. No es científico. Me lo saco de la manga, que es mucho más fiable.

Espero que sigáis mis consejos. ¡Buenos días!

lunes, 6 de diciembre de 2010

Apadrina a un controlador aéreo


Mira esas tristes caritas. Siente la tristeza en sus ojos. Esos ojos que suplican socorro, porque llevan días sin comer caviar, porque su sueldo no les cubre la hipoteca de su casa en las Bahamas. Esos ojos que miran con desolación y sana envidia los aviones que pasan por delante, pensando en ese jet privado que tienen aparcado en su humilde choza, y que no pueden pilotar por falta de tiempo. Porque les consume el estrés. El estrés de pensar que los pasajeros de todos los aviones dependen de su exagerada inteligencia. El estrés de pensar que, desde su acolchado sillón, no se ven capaces de controlar que no choquen cinco aviones a su llegada a un aeropuerto de 700 km2.
El estrés de pensar que no pueden irse de vacaciones mañana porque los niñatos españoles sí que se van y necesitan de su imprescindible trabajo para hacerlo.
Pensando en esto, nuestros queridos controladores aéreos han decidido pasar de los españolitos, coger sus aviones privados, volar a su casa de las Bahamas e hincharse de caviar. Compréndelos, su vida es muy dura.

Pero, amigo, tienen un problema. No les llega con su humilde sueldo.
Así que, aprovechando que estamos en Navidades, dales un regalo a nuestros controladores aéreos. Haz que se borre esa triste mueca de sus rostros.

Apadrina a un controlador aéreo. Te lo agradecerá. 

Controladores sin fronteras

lunes, 22 de noviembre de 2010

Pa no reventar

Muy buenas.

Soy nuevo en esto, y perdonadme si os aburro demasiado con esta primera publicación.

Para empezar, todo lo que yo escriba aquí no sirve para nada. Ni para mí ni para vosotros. Vosotros asumís las consecuencias de leerlo. Pero siempre me ha gustado escribir y hay cosas que si no las digo, reviento. Así que, como no siempre es demasiado educado decir lo que se piensa, lo escribiré. Pa no reventar.
Ese es el objetivo de mi blog. Pero no descarto que algunas cosas de las que iré publicando sean el más puro reflejo de un día de aburrimiento. En este sentido, quiero dar las gracias a Javier Garriga, que con su blog  http://javipiesplanos.blogspot.com/ (muy recomendable) me ha descubierto esta perfecta técnica de combatir el aburrimiento.

Otra cosa, sé que enseguida os engancharéis a este blog, que esta página web se colapsará y que pronto me reiré de Google por desbancarla como página principal de todos los españoles. Pero perdonadme si no lo actualizo con demasiada frecuencia. Aunque pase momentos de cuelgue absoluto, también tengo intención de acabar con éxito la carrera de derecho.

Ah, esta entrañable imagen es un cuadro de un tal Sorolla. No tiene nada que ver con nada de lo que hay escrito allí arriba, pero...me gusta.

Ala.